fracasador ilustrado: MICROMISTERIOS

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UniF

La Biblioteca Fabularia

TEATRO DE CUENTOS / ACTO 44 / ESCENA 8

Misterios, Tusterios, Nuestrosterios

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NADA ES SUFICIENTE

Otra historia de amor

Dicen que el amor es un misterio.

Y el misterio de esta noche, anoten ustedes, tal vez radique en encontrar a los enamorados que serán contados.

Pues dicen que ellos aún habitan esta ciudad de la Rosa y el río.

Vayamos juntos al saber: La historia de este misterio de amor me fue contada por Ella.

Ella es, cómo explicarles, una mujer un tanto extraña. Pues resulta que nunca llegó a existir en este mundo.

Ella nunca llegó a nacer pues los que debieron ser sus padres jamás llegaron a concretar el amor.

Pero la historia es de amor y se inicia, en esta ciudad, en el año 1945 con dos adolescentes que viven en casas enfrentadas de una misma calle.

Y Ella cuenta:

El que nunca fue su padre ama profundamente a La que jamás fue su madre.

La que jamás fue su madre ama profundamente a El que nunca fue su padre.

Pero ninguno de los dos tiene certeza acerca del amor del otro.

Ella cuenta:

El que nunca fue su padre teme que La que nunca fue su madre no lo ame.

La que jamás fue su madre teme que El que nunca fue su padre no la ame.

Pasan catorce años y ninguno de los dos llega a declarar su amor.

Y Ella cuenta:

Un atardecer del año 1959 La que jamás fue su madre se decide, cruza la calle y deja, bajo la puerta de El que nunca fue su padre, una nota.

El mensaje escrito se cifra tan solo en una pregunta: “¿Qué tengo que hacer para merecer tu amor?”

El que nunca fue su padre, con la nota en sus manos, confirma al fin el amor de su amada. Extasiado apura una respuesta. Ella no tiene que hacer nada. Ella es suficiente. Y esa misma noche, bajo la puerta de la mujer, devuelve unas palabras.

Su respuesta es breve, poderosa. Ha escrito: “Nada es suficiente”.

Ya es madrugada cuando La que jamás fue su madre encuentra respuesta a la pregunta “Qué tengo que hacer para merecer tu amor” y lee “Nada es suficiente”.

Esa mujer comprende entonces que no existe en el universo acto alguno que pueda satisfacer a su amado porque “nada le es suficiente”.

Ella sigue contando:

Y esa misma noche, antes de que salga el sol, la mujer, desconsolada, desaparece del barrio hacia inciertos arrabales.

Al llegar la luz del día ciertas flores blancas caen sobre las veredas desiertas de Saladillo. Un gorrión solitario pierde el rumbo en Plaza López. El eco de un silbido triste se ahoga en la neblina del parque Oeste. Un perro cansado se refugia bajo un puente del Arroyo Ludueña.

Y Ella sigue contando la historia:

El que nunca fue su padre, al despertar esa mañana de 1959, corre las cortinas de la ventana y observa la casa de enfrente esperando la salida de su amada. Pero aquel día de 1959, ni ningún otro día desde entonces, alguien abrirá esa puerta.

Y desde ese día hasta hoy, todas las mañanas, El que nunca fue su padre corre las cortinas de la ventana y observa la casa abandonada de enfrente esperando, esperando, esperando…

Parece que ya nada es suficiente.

Pero desde aquel día de 1959 Ella, la que nunca llegó a nacer en este mundo, transita los sueños de todas las mujeres de la ciudad, buscando, buscando, buscándola.

Dicen que el amor es un misterio.

Y aunque Ella es nada, es suficiente. Es razón para que este misterio, que aún resiste en las historias de mis libros inconlusos, se fabule en vuestras almas cyranas.

Y quién sabe, tal vez quizás acaso, hasta puedan ustedes decirme en qué arrabal del Rosario puedo buscar a esa mujer desconsolada para desdecir los absurdos sentidos de la nada.

Ya está. Hasta acá llegan las palabras. De ahora en más, sólo quedan ecos en la noche del domingo…