alfabetario babel



EFEMÉRIDESEFÍMERAS
25 de diciembre de 2011
Una publicación de la Comisión de Encuentros del Club de Perdedores
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-------- NAVIDAD EN BABEL --------
[La Construcción de la Confusión]

Y en ese silencio hablé solo. Y me conté un cuento. Este cuento que dice: Hace más de veinticinco años planté un árbol. Lo quería ver crecer para que fuera el árbol de navidad en mi vejez acompañada. Pero las manos de un errado siempre tienden a sembrar errores. Y el árbol terminó de caer esta navidad. Y al fin comprendí por qué. Tarde, como es costumbre, comprendí que el amor y la felicidad no son la misma cosa.





[Creo haber encontrado, por fin, una razón para hacer radio y tener Facebook:
ahora, tengo a quien contarle mis pesadillas para que, tal vez, no se cumplan]

MACEDONIO HERNÁNDEZ EN EDICIÓN CYRANO
PUBLICACIÓN ORAL
Domingo 25 de DICIEMBRE
de 22 a 24 | Hora Argentina
PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA EN VIVO


EL PROBLEMA NO ES LA IGNORANCIA
EL PROBLEMA ES IGNORARLA









TRES TRISTES TIPOS TIPEAN TIPOS EN TRES TIPOS DE ESTEREOTIPOS
[BABEL BABEL EL QUE LO ENCUENTRA ES BARA ÉL]

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Al pedo, pero tarde.








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Tango Babel

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TANGO BABEL | Macedonio Hernández
PUBLICACIÓN ORAL EN EDICIÓN CYRANO







Hay un viejo tango de Pink Floyd que termina diciendo
“Realmente no hay lado oscuro de la luna.
De hecho, todo es oscuro”. [1]


Bienvenidos a Babel, lugar donde intentamos construir, a pesar de las advertencias del cielo, algún sentido sobre la confusión del mundo.

Dramas y caballeros, sepan ustedes que no soy un buen cantor.
Así que ahora, en lugar de cantar un tango, se los voy a contar.

Arranca el bandoneón…
Desde que nació en un rancho en las inmediaciones de la desembocadura del arroyo Saladillo miraba pasar los trenes a través de una ventana durmiente del muro.

Al llegar la noche, mientras habitaba el lado oscuro de La Tierra y los soles del cielo y la Luna se metían por la ventana del rancho, soñaba preguntas.
¿Qué fue primero, el muro o la ventana?
Las vías durmientes en el muro.

En los vagones de los trenes de carga se fueron yendo los primeros años de su infancia.
Y vaya uno a saber en qué páramos descarrilaron de olvido.

Ya de pibe, al llegar de la escuela, se sentaba frente a la ventana del rancho. La extensión de su experiencia le hizo saber que más allá de las vías estaba el río Paraná.
Y comenzó a mirar los barcos que pasaban a través de la ventana anclada en el muro.

Al llegar la noche, mientras habitaba el lado oscuro de La Tierra y los soles del cielo y la Luna se metían por la ventana del rancho, soñaba preguntas.
¿Qué fue primero, el horizonte o el mundo?
Los barcos anclados en el muro.

Al terminar la escuela le contaron que mientras uno va creciendo el mundo se achica.

Y entonces fue hasta la barranca del río.
Las islas, que al principio parecían habitar el horizonte, estaban ahora más cerca. El Paraná se achicaba.
¿Hay alguien ahí que comparta esta vivencia?

Un día dejaron de pasar los trenes. Otro día, se llevaron las vías. No quiso saber quién o por qué. Pero sí se preguntó: ¿Se llevarán también el río?

Ya de grande, al regresar de algún trabajo, se sentaba frente a la ventana del rancho a ver pasar el tiempo.
Y miraba pasar el tiempo a través de la ventana añeja del muro.

Al llegar la noche, mientras habitaba el lado oscuro de La Tierra y los soles del cielo y la Luna se metían por la ventana del rancho, soñaba preguntas.
¿Qué fue primero, la vida o el tiempo?
El tiempo añejo en el muro.

Y la vida se le fue, mirando lo que venía y pasaba.
El mundo se achica y se achica y se achica.
Dicen que uno se muere cuando el horizonte te tapa la ventana del rancho.
Y recién cuando las islas estén al alcance de tus manos te vas a dar cuenta: el río ya estará seco de no estar.

Un día, ya viejo, miró por última vez el horizonte a través de la ventana del rancho.
Antes de que se me vaya el río, pensó, mejor me voy yo.
Y salió por la ventana, primero los huesos, después el alma.
Y si el tiempo viene de frente trayendo el horizonte del final para achicarte la vida hasta el suspiro, mejor me voy de costado.
Y dio un paso al costado nomás. Y otro. Y otro más.
Entonces el Paraná recuperó sus caudales.
Y el viejo se fue en la correntada.
Así es la vida, che. Un tango.

Hace pocos días demolieron el rancho y construyeron una torre con decenas de departamentos.
Desarrollo inmobiliario, le dicen.
El río Paraná todavía existe.
Pero en la torre, a través de centenares de ventanas dispuestas en sus muros, no hay nadie mirando.
Igual que en la Torre de Babel, si me permiten el acorde del fuelle tanguero.
¿Hay alguien dispuesto a comprar un piso en la torre para ver cómo se achica el río?
Inversión inmobiliaria, le dicen.
Y en una de esas, y algún día, a lo mejor se le da por mirar la vida.

Qué me cuenta.
¿Qué lo que digo le parece un tango?
Es verdad.
Pero mire usted, las palabras tango, Babel y vivir tienen cinco letras.
¿Qué para qué le digo esto?
Para confundir nomás. Apenas para confundir su pensamiento.

Y encima es de noche. Entonces, aprovechando el último compás del bandoneón, ¿Qué les parece si, mientras habitamos el lado oscuro de La Tierra y los soles del cielo y la Luna se nos meten por alguna ventana del alma, nos vamos a soñar preguntas?


[1] There is no dark side of the moon really
Matter of fact it’s all dark
[Eclipse | Pink Floyd]







B   A   B   E   L   B   A   B   E   L
el que lo encuentra es bara él









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alfabetario babel



EFEMÉRIDESEFÍMERAS
4 de diciembre de 2011
Una publicación de la Comisión de Encuentros del Club de Perdedores
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Dramas y caballeros, no soy buen cantor.
Así que ahora, en lugar de cantar un tango, se los voy a contar.

Arranca el bandoneón.
Desde que nació en un rancho en las inmediaciones de la desembocadura del arroyo Saladillo miraba los trenes a través de una ventana durmiente del muro.

Al llegar la noche, mientras habitaba el lado oscuro de La Tierra y los soles del cielo y la Luna se metían por la ventana del rancho, soñaba preguntas.
¿Qué fue primero, el muro o la ventana?
Las vías durmientes del muro...

[*]
  
There is no dark side of the moon really
Matter of fact it’s all dark
[Eclipse | Pink Floyd]

-------- TANGO BABEL --------
[La Construcción de la Confusión]

MACEDONIO HERNÁNDEZ EN EDICIÓN CYRANO
PUBLICACIÓN ORAL
Domingo 4 de DICIEMBRE
de 22 a 24 | Hora Argentina
PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA EN VIVO


EL PROBLEMA NO ES LA IGNORANCIA
EL PROBLEMA ES IGNORARLA









TRES TRISTES TIPOS TIPEAN TIPOS EN TRES TIPOS DE ESTEREOTIPOS
[BABEL BABEL EL QUE LO ENCUENTRA ES BARA ÉL]

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Tocar de Orejas

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TOCAR DE OREJAS | Macedonio Hernández
PUBLICACIÓN ORAL EN EDICIÓN CYRANO







Bienvenidos a Babel, lugar donde se construye la confusión que impera en este mundo y otros andurriales del universo.

Mucha confusión deviene de esos momentos en los que tocamos de oído. Y cuando tocamos de oído se dice que nada importante se construye. Tonces, trataré de ser fiel a esta premisa.

Aunque esta vez, más que tocar de oído, vamos a tocar de oreja. Pues vamos a hablar de orejas. Tocar de oído. Hablar de orejas.

Está escrito en los libros de Babel y un lector bien puede leer en ellos: “Oreja. Apéndice corporal que en no pocas tradiciones evoca el nacimiento y otras tribulaciones”. Si quieren, vayan parando la oreja.

Apéndice Nº1. A través de la oreja, del pabellón auricular del órgano auditivo, se desliza la palabra de la creación para ser escuchada. En el simbolismo egipcio, la oreja derecha será la que reciba “el aire de la vida” y la oreja izquierda “el aire de la muerte”.

Tonces, los cortadores de oreja izquierda traducirán el arte de sus oficios como un intento para alcanzar la inmortalidad. Sin oreja izquierda, postulan estos tipos, la muerte no tendrá acceso. Y muerto el perro, se acabó la JP. A todo esto ¿Qué oreja se cortó Van Gogh?

Apéndice Nº2. En una leyenda cristiana, el Espíritu Santo, convertido en paloma blanca, penetró por la oreja derecha de la Virgen María. La oreja derecha, la oreja de la vida y de la inmaculada concepción.

Suele decirse entonces que aquello que una mujer oye a través de su oreja derecha puede resultar embarazoso.
Ergo, están aquellos que, sabedores de la leyenda, seducen a las mujeres susurrando erotismos sólo en sus orejas izquierdas. Aunque se cuenta que este método anticonceptivo fracasa cuando las damas hacen oído sordo.

Apéndice Nº3. Entre los chinos, las orejas largas son signo de sabiduría e inmortalidad. Se informa que las orejas de Lao-tse medían unos 17 centímetros.

Muy probablemente, nosotros hemos heredado de alguna forma esta costumbre. Tirando de las orejas, manifestamos el deseo de que la persona felicitada tenga larga vida y adquiera cada vez mayor sabiduría. O no. Tal vez el acto simplemente ilustre nuestra conducta sádica.

Pero en la India, agarrarse de la oreja es signo de sinceridad o de arrepentimiento y es una ofensa muy grave tirar o tomar a otra persona de ellas.

Apéndice Nº4. Me pica la oreja. Muchos creen que esto significa que una persona está hablando de nosotros. Si es la oreja derecha la que le pica, la persona que habla de usted, está contando cosas agradables, mientras que en el caso de que sea la oreja izquierda, las observaciones serán desfavorables.

Apéndice Nº5.
Aurículoterapia: Esta riesgosa palabra sintetiza un modelo terapéutico donde la interpretación simbólica de la oreja, es la de un feto invertido. Qué tul.

Apéndice Nº6. El zumbar de los oídos. Hasta el día viernes pasado, y según una historia que fuera contada por mi madre, yo viví convencido de que todos percibimos un zumbido contante en nuestros oídos. Y que dicho zumbido hace imposible la audición absoluta del silencio. Pero no, según consta en los arcanos del dios Gúgle, tal parece que este fenómeno sólo aqueja a un número limitado de seres humanos. Ergo, es posible que haya gente que puede escuchar el silencio.

Resumen preliminar. Las prácticas de pensamiento siempre son fragmentarias. No hay pensamiento concluido. Hay pensamiento abandonado.

Y casi siempre improvisamos. Tocamos de oído.

Igual pensemos un poco. Paro. Miro. Escucho. Relatar es inventar recuerdos.

Y escucho entonces que me dicen: La infancia nunca ocurrió. El barrio, ese pueblo en permanente naufragio en los espejismos del presente, se va tornando un eco distante en nuestras orejas.

¿Será por eso que vivimos haciendo ruido? Pues hacemos ruido. Y cada vez hacemos más ruido.
Nos pasamos el día con auriculares en las orejas. Aislados del aire de la vida y de la muerte. Aislados del otro.
Nos encerramos a escuchar conciertos a todo volumen.
Gritamos desaforados en los estadios y en las calles.
¿Horror al silencio o espanto a lo que el silencio nos dice?

Oyentes de alma cyrana. ¿Para qué hacemos cada vez más ruido?
¿Qué sentido habita en este acto?

Tocar de oído: Dicen que el silencio es el sonido del universo. Cuentan que es el silencio una polifonía del tiempo y del espacio.

Pero nosotros estamos construyendo una cultura del ruido.
Insisto ¿Será para eludir el espanto que nos provoca el silencio?
O tal vez nos quieran sordos.

¿Para qué hacemos cada vez más ruido?
¿Para perder el sentido?
Sabemos que los cinco sentidos son más de veinte.
Y se dice que el sentido de equilibrio, por ejemplo, está fuertemente ligado al oído.
¿Será que acaso nos quieran desequilibrados?

¿O todo es vanidad?
Vanidad. Llamamos silencio a lo que no podemos escuchar.
Vanidad de vanidades. Llamamos oscuridad a la luz que no vemos.
Tocar de oído. Palpar con las orejas.

Vivimos tiempos de auriculares.
¿Horror al silencio o espanto a lo que nos dice el silencio?
Tengo la sensación de vivir intentando hablar con aquellos que ya no escuchan.
¿No comparten esta sensación conmigo? Parece que vivimos aislados entre auriculares que predican la construcción de una Babel de sordos.

Babel Babel, la construcción de la confusión.

Ahora bien…
¿Habrá alguien ahí escuchando?

Y si hay alguien ahí escuchando,
¿Tendré yo el coraje suficiente para quitarme estos auriculares?






B   A   B   E   L   B   A   B   E   L
el que lo encuentra es bara él









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alfabetario babel



EFEMÉRIDESEFÍMERAS
20 de noviembre de 2011
Una publicación de la Comisión de Encuentros del Club de Perdedores
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TOCAR DE OÍDO, HABLAR DE OREJAS
[La Construcción de la Confusión]

MACEDONIO HERNÁNDEZ EN EDICIÓN CYRANO
PUBLICACIÓN ORAL
Domingo 20 de NOVIEMBRE
de 22 a 24 | Hora Argentina
PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA EN VIVO


EL PROBLEMA NO ES LA IGNORANCIA
EL PROBLEMA ES IGNORARLA









TRES TRISTES TIPOS TIPEAN TIPOS EN TRES TIPOS DE ESTEREOTIPOS
[BABEL BABEL EL QUE LO ENCUENTRA ES BARA ÉL]

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Al pedo, pero tarde.








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La Vieja Montaña

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LA VIEJA MONTAÑA | Macedonio Hernández
PUBLICACIÓN ORAL EN EDICIÓN CYRANO








Buenas noches.
El finado Luis supo escribir en los muros de Babel: “el sueño es el más antiguo de los géneros literarios". [1] 
Y sucede que a veces el recuerdo nos trae esos sueños.

Recuerden soñar entonces, alguna vez, aquella vieja biblioteca del barrio. ¿La recuerdan?
Si sueñan aquella vieja biblioteca del barrio, vayan nomás hasta el fondo de sus pasillos, vayan hasta el lugar donde todas las cosas parecen dudar entre el ser y la nada.

Justo ahí hay un libro para esta noche.

Bien. Tenemos el libro y estamos en Babel. Construyendo Babel. Y Babel es, también, una biblioteca.

Los viejos libros pueden llevarnos a viejos lugares.

Dejemos entonces que, desde el fondo de aquella biblioteca, este libro nos lleve hasta el Perú.

Cierren los ojos para ver el libro. Ahora, con letras doradas de perfiles latinos, titulen sobre su tapa: Escriban: “La Vieja Montaña”.
Ahora pueden abrir los ojos para ver las palabras que se hacen hojas.

Veamos. ¿Qué les parece si escriben esto?

Los hombres del llano sueñan construir torres para llegar hasta el cielo.
Los hombres del mundo viejo que habitaron las llanuras de Babel soñaron torres.

Los viejos habitantes del Perú no necesitaron soñar torres. Pues, habiendo montañas que llegan al cielo. ¿Para qué soñar inútiles arquitecturas?

Dicen que dicen que, desde el principio de la palabra, hubo en el Perú una montaña que llegaba al cielo. Y que ya desde el principio esa montaña era “La Vieja Montaña”.

Los hijos de Babel llegaron un día hasta el sur del mundo. Eran los hijos de Babel: los conquistadores.

Dicen que dicen que desde el principio hubo en el Perú una montaña que llegaba al cielo. Ya desde el principio esa montaña fue nombrada “La Vieja Montaña”.

Los viejos dioses del Perú ocultaron la Vieja Montaña entre los laberintos de una cordillera.

Los hijos de Babel llegaron hasta el sur del mundo. Los hijos de babel: los conquistadores.
Y dieron nombre al lugar. Lo llamaron Perú. Y después lo masacraron.
Los masacrados huyeron hacia la cordillera. Y escalaron la Vieja Montaña. Y se refugiaron en el cielo.

Tonces, los hijos de Babel, los conquistadores, invocaron a su dios que vive en el cielo. Y en su nombre continuaron la masacre.

Un día, los hijos de Babel, los conquistadores, impusieron su lengua y su dios.
Y otro día, los hijos de los hijos de los conquistadores, recordaron algunos sueños del espanto.

Y escribimos…

“Yo nunca me río
de la muerte.
Simplemente
sucede que
no tengo
miedo
de
morir
entre
pájaros y árboles" [2]

Otro día, los hijos de los hijos de los conquistadores, salieron a buscar la Vieja Montaña y escalaron sus pobres costillas esclavizadas.

Ese día, los hijos de los hijos de Babel, escribimos en el libro…

“El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria". [3]
¿Se acuerdan?

Y hubo más días, más hojas para el libro de la Vieja Montaña.
Y hubo un día en que los hijos de los hijos de los conquistadores deseamos regresar el nombre a la Vieja Montaña.
Y ese día balbuceamos la lengua del Perú para llamar a la Vieja Montaña por su nombre y dijimos “Machu Picchu”.

¿Recuerdan aquel día?
Vamos, fue el mismo día en que uno de nosotros, un hijo de los hijos de Babel, agregó su hoja en el libro.
Y escribió…
“Macchu Picchu, pusiste
piedra en la piedra, y en la base, harapos?
Carbón sobre carbón, y en el fondo la lágrima?
Fuego en el oro, y en él, temblando el rojo
goterón de la sangre?
Devuélveme el esclavo que enterraste!
Sacude de las tierras el pan duro
del miserable, muéstrame los vestidos
del siervo y su ventana.
Dime cómo durmió cuando vivía.
Dime si fue su sueño
ronco, entreabierto, como un hoyo negro
hecho por la fatiga sobre el muro". [4]

¿Se acuerdan o no se acuerdan?

Sucede que a veces el recuerdo nos trae buenos sueños.
Recuerden soñar entonces, alguna vez, aquella vieja biblioteca del barrio.
Y si sueñan esa vieja biblioteca del barrio, vayan nomás hasta el fondo de sus pasillos, vayan hasta el lugar donde todas las cosas parecen dudar entre el ser y la nada.
Justo ahí hay un libro.

Cierren los ojos para verlo. Entonces, con letras doradas de perfiles latinos, titulen sobre su tapa: Escriban: Machu Picchu “La Vieja Montaña”.

Ahora, ya pueden abrir los ojos para verla.





[1] Jorge Luis Borges, Libro de Sueños.
[2] Javier Heraud, El Viaje.
[3] Ernesto Sabato, La Resistencia.
[4] Pablo Neruda, Canto General.







B   A   B   E   L   B   A   B   E   L
el que lo encuentra es bara él









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