Los Arquitectos de Babel I

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Los Arquitectos de Babel I 
Macedonio Hernández 

“Entonces comenzó el comienzo”.

¿Existen torres que puedan llegar al cielo?

Están los que creen. Están los que no creen.

Aquél “Era un tiempo de pájaros”.

En el Palacio, los arquitectos dibujan los planos de la Torre de Babel. Todas las mesas del Palacio están atiborradas de papeles. Todos los papeles están saturados de cálculos, diseños, bocetos.

En el Palacio, los arquitectos que proyectan la Torre de Babel piden más hojas de papel. Desde el fondo de los talleres responden: Ya no quedan hojas en el Palacio.

Los arquitectos de Babel ahora usan las paredes del Palacio. Sobre ellas ilustran las estructuras de la Torre.

Con el tiempo, ya no quedan paredes sin uso.

Los arquitectos de Babel salen del Palacio y continúan su proyecto en los muros exteriores.

Agotados los muros, siguen sobre el camino que rodea al Palacio.

Muchos años han pasado.

Ya quedan dos metros para cerrar ese camino y los arquitectos aún no logran concebir el diseño de una torre que pueda llegar al cielo.

De pie sobre esos últimos dos metros, espera un pibe.

“¿Quién sos”. Pregunta uno de los arquitectos.

“Tu hijo”. Responde el crío. “Vine a conocerte. Si te muestro la Torre que llega al Cielo, ¿podés venir a jugar conmigo a casa?”.

Los arquitectos de Babel guardan silencio.

Entonces el pibe saca de su bolsillo una tiza y dibuja en el suelo el plano de la Torre que llega hasta el cielo.

Señoras, señores, el resto de esta historia aún no fue narrado.

Pero el dibujo de esa Torre que llega hasta el cielo sigue apareciendo, aún en nuestros días, por distintos lugares del mundo.

Y creo yo que ustedes han visto esa torre.

Y creo yo que ustedes conocen el nombre de esa torre.

Por estos lejanos arrabales del Palacio la llamamos Rayuela.

Rayuela. La Rayuela de Babel: de La Tierra al Cielo.

¿Existen torres que pueden llegar al cielo?

Están los que creen. Están los que no creen.

La rayuela no es el plano de la torre.

La rayuela “es” la torre para llegar al cielo.

Y sólo aquellos que se deciden a jugar lo descubren.

Ahora bien, y con esto concluyo: la pregunta ya no es ¿cómo llegamos más y más arriba? sino ¿para qué queremos estar por encima de todo el mundo?

B   A   B   E   L   B   A   B   E   L

el que lo encuentra es bara él

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