TEATRO DE CUENTOS / ACTO XXXV
¿Qué islas llevar a un libro desierto?
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Escena 21
"RAZÓN DE LOS CUENTOS"
Algunas intimidades irrelevantes
Pasadyescuchadporplis
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PALABRASCRUZADAS
[Cruce, si quiere: algunas palabras son puentes]
RAZÓN DE LOS CUENTOS (Reanimación)
Algunas intimidades irrelevantes del señor Francisci
Ciudad de la Rosa y del Río: GES, 2009
Estigmado señor Leto, estigmado señor Serenelli, estigmados todos: se saluda.
Debo ser honesto con ustedes, oyentes de alma cyrana. Este patético aprendiz de movilero hoy se tomó el carro de la vagancia. Ergo, sin ganas de enchufar neurona me vine hasta la esquina de Rioja y Paraguay, esquina sempiterna de esta ciudad de la Rosa y del Río. Seores, heme aquí: sentadito a la orilla de una mesa en la vereda, las sandalias en noble respiro y el alma estanca.
Díganme una cosa, celebridades del éter, cuando a medianoche concluyan vuestros menesteres radiosos, ¿por qué no se vienen para acá a refrescar gargueros y agasajar estómagos? Es más, extiendo convite para los oyentes que anden revoloteando estas cartografías: Si quieren, tras la bancarrota del domingo y entre los balbuceos del lunes, mándense a esta esquina. Serán bienvenidos.
Ahora bien, vista mi paupérrima condición intelectual voy a recurrir a los artilugios movileros de moda, esto es, practicar la típica nota sobre las intimidades irrelevantes de algún desconocido habitante de estas pampas. Y dado que en los estudios de la radio se encuentra Francisci, paso a improvisar algún chusmerío acerca del mismo.
No se si saben ustedes, estigmados míos, que el tal Francisci es vecino de un pueblo que se ahoga en el corazón arrabalero de esta urbe y que, los domingos, se dedica a escribir cuentos. Voy a publicar, entonces, un par de razones que inducen a este tipo al arte de hacer.
Dicen que dicen que este fulano Francisci, de lunes a viernes va hasta el mercado de frutas a vender cuentos.
Y dicen también que de lunes a viernes, en su camino, pasa frente al cine del pueblo.
¿Por qué pasa frente al cine del pueblo? Porque de lunes a viernes observa con cierto recelo a la vieja Valeria que mendiga, envuelta en su silencio, en la puerta de ese cine.
Ahora bien, los sábados, Francisci junta las monedas obtenidas tras la venta semanal de sus cuentos en el mercado de frutas y va hasta el cine a ver una película.
Como todos los sábados, a su derecha, la boletería y a su izquierda, la vieja Valeria que mendiga.
Todos los sábados Francisci es acorralado por la trampa ética: ¿monedas para entrar al cine o monedas para la vieja Valeria que mendiga?
Todos los sábados, Francisci será condenado y castigado por su respuesta ética, siempre contraria a la moral del mundo.
Los domingos, Francisci regresa hasta el cine. El mercado de frutas permanece cerrado estos días y él no puede vender sus cuentos. Esta es, mis amigos, una de las razones por las que, este día, el tipo escribe cuentos.
Los domingos, Francisci regresa hasta el cine. Todos los domingos se acerca a la vieja Valeria que mendiga, la misma Valeria que el sábado aceptó las monedas, fue hacia la boletería, pagó una entrada y se hundió en las oscuras luces de la sala. Porque todos los sábados, envuelta en su silencio, Valeria entra al cine con las monedas de Francisci.
Por eso todos los domingos, el tipo se acerca a la vieja Valeria para que, al menos, la mendiga le cuente la película que vio con sus monedas. Pero ella, envuelta en su silencio, nunca le habla. Nunca.
Y esta es, estigmados míos, otra razón por la cual Francisci, los domingos, escribe cuentos.
Qué tul?
Y si quieren, le pongo una moraleja al asunto. A saber:
Sometidos a las leyes de la naturaleza
a las leyes de Dios a las leyes del Estado
a las leyes de la Calle o a las leyes del Azar
algunos tipos seguimos encadenados
a la ética de nuestra libertad.
En fin. Hecho está.
Señores cyranos, a la espera de vuestra llegada a esta esquina, cedo mis palabras al Viento de Ningunaparte:
Un saludo una reverencia.
Me llamo Hernández, digo, Macedonio Hernández.
Y esto, es un decir.
Mozo, ¿me trae otra esperidina?
enero 2009
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