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La Biblioteca Fabularia
TEATRO DE CUENTOS / ACTO 44 / ESCENA 11
Misterios, Tusterios, Nuestrosterios
pasadyescuchadporplis
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PÁJAROS QUE SUEÑAN MUJERES
Y ocurrirá entonces...
Damas y caballeros: en octubre del año pasado, desde este universo radial de Edición Cyrano, confirmamos que restaba un año para el fin del mundo. Sí sí. Así fue.
Y tal vez porque nos hemos mal acostumbrado a dar cuenta sólo de lo inmediato, ya olvidamos aquella cita apocalíptica. O quizás, como sigue diciendo el viejo Luis Borges, “cierto es que vivimos postergando todo lo postergable”. Aunque tal vez quizás acaso, al igual que aquellos traductores de Federman que fueran convocados en octubre del pasado año, todos estemos traicionando creencias al sostener, cual Pilatos, que se trata de “un pronóstico más”. En fin.
La cuestión es que hoy faltan 52 días para el fin del mundo; suceso que ocurrirá a menos que ciertas mujeres, en ciertos lugares de la Ciudad de la Rosa y el Río, obren ciertos actos que sirvan para formular una moratoria.
Pero parece que sólo los pájaros de esta ciudad están dispuestos a intentar la postergación del fin del mundo anunciado.
Y no vayan a creer ustedes, de modo alguno, que lo están haciendo por nosotros.
El asunto es que, desde hace una semana ya, los pájaros de la ciudad de la Rosa y el Río han comenzado a soñar mujeres.
Ya han soñado a dos de ellas. La tercera será soñada en primavera.
Ya han soñado a una vieja mujer rubia que, cuando amanece, alimenta a los pájaros en los alrededores de la plaza López.
También han soñado, los pájaros de la ciudad, a una joven mujer que asila a los pichones que caen de sus nidos en las inmediaciones del Hospital de Niños Vilela.
Y ocurrirá entonces que, un amanecer de la primera semana de septiembre, la vieja mujer rubia de plaza López dará alimento a una paloma torcaza que perdió el rumbo durante la noche. Reanimada, hembra plumífera regresará a su nido en un plátano de calle Italia a la vera del Hospital de Niños.
Y ocurrirá también que, a principios de octubre, una mañana particularmente luminosa, un pichón de esa torcaza caerá del nido para ser descubierto por la joven mujer soñada quien le dará asilo. Ella pondrá el pichón junto a otra torcaza que la acompaña desde hace casi un año, desde el mismo día en que anunciáramos la fecha del fin del mundo.
Y pasará entonces que, el próximo 14 de octubre, estas dos mujeres soñadas por los pájaros de la ciudad, se cruzarán en los alrededores del palomar del parque. Ellas, por supuesto, nada saben de este asunto y ni siquiera se conocen. Y habrá una tercera mujer en ese sitio, la que será soñada en primavera, quien estará fotografiando a los plumíferos del entorno.
Esta mujer pedirá a un circunstancial paseante en bicicleta que le tome una foto a ella rodeada por las palomas. Cuando ese alguien dispare la cámara, por detrás de dama, entrarán en cuadro la vieja mujer rubia de plaza López y la joven mujer de calle Italia.
Y será entonces que en la fotografía quedarán impresas las tres mujeres soñadas por los pájaros. Y esa misma noche, las tres mujeres soñadas por los pájaros, soñarán a su vez, un mismo sueño. Y en lo que obren las tres mujeres en su sueño común se decidirá, la concreción o la postergación del fin del mundo.
Pero hay algo que todavía perturba a los pájaros: no pueden ellos concebir al circunstancial ciclista que tomará la foto. Pues los pájaros sólo sueñan mujeres.
Por tal motivo andan un tanto alborotados, concertando tumultuosos encuentros en las copas de los árboles de esta ciudad.
Lo que aún ignoran estos pájaros es que ese circunstancial ciclista ya está al tanto de todo. Y ustedes, oyentes de alma cyrana pueden, a partir de este efímero instante de la noche, dar noticia a todos los plumíferos que encuentren. Pueden decirle, a los pájaros que sueñan mujeres en la ciudad de la Rosa y el Río, que quien tomará la foto, el próximo 14 de octubre en el palomar del parque, lleva por nombre Macedonio Hernández.
Bien, damas y caballeros, antes de inanimarme quiero completar mi compromiso con la señorita Rosario, Ilustradora Oficial de la Comisión de Mitómanos, quien ha compilado para ustedes un nuevo par de misterios extraídos de su Manual Escolar.
Para los que quieran hacer uso del juego y dar la respuesta a Edición Cyrano, enuncio los mismos a continuación. Pongan orejas y pensamiento en acción. A saber. El primero pregunta: De los pájaros que vuelan ¿Cuál es el pájaro que vuela más alto que la montaña más alta?
El segundo cuenta: "Cada pájaro en su olivo y sobra un pájaro. Dos pájaros en cada olivo y sobra un olivo". ¿Cuántos pájaros y cuántos olivos hay en este decir?
Dicho esto, estigmada muchachada del éter radiofónico, Macedonio Hernández da un paso al costado y se retira para dejarlos en las buenas manos de la noche.
Cualquier cosa, me llaman.
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[DOMINGO 22 DE AGOSTO DE 2010]
Cuentan que el fin del mundo ocurrirá
cuando la razón ilumine el último de los misterios
que han dado sentido a la humanidad.
Dicen que Macedonio Hernández
anda tras esos misterios
anda tras esos misterios
que aún resisten en el alma de las ciudades.
Algunos creen que
intenta preservar el mundo de su ocaso.
intenta preservar el mundo de su ocaso.
Otros, que está apurando su final.
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